Debido a su particular geografía –la mundialmente conocida larga franja de tierra- Chile atraviesa gran parte del sur del continente americano, de modo que, indefectiblemente, es acreedor de variados climas que permiten el desarrollo de diversas actividades empresariales y emprendimientos como el turismo aventura, la gastronomía, la agricultura o la entretención. Aquí nos ocuparemos del norte de Chile.
La variedad en Chile es tal, que el territorio nacional posee 9 climas, Desértico, Semiárido, Mediterráneo, Tropical (Isla de Pascua), Templado oceánico, Subpolar oceánico, Semiárido y Alpino, todos ellos desplegados a lo largo de norte a sur.
El norte de Chile se caracteriza por su clima desértico y semiárido, lugar donde, gracias a sus playas y riscos del oeste, y al vasto desierto de Atacama por el Este, se pueden realizar diversas actividades turísticas como visitar salares como el de Atacama , Surire, o bien, Valles como el de la Luna, (y sus célebres formaciones rocosas) rocas o también el Valle de Azapa, éste último reconocido por la alta calidad de las aceitunas que producen así como por el excelente aceite que se extrae de ellas.
La industria anteriormente señalada se encuentra actualmente protegida por el concepto de denominación de origen, el que confirma su calidad en el atractivo mercado internacional, de hecho, solo en Brasil se consumen cerca de 48 millones de kilos de aceitunas anualmente. Hoy, según datos de la ODEPA, en Chile se producen al año 36 mil toneladas de olivas tanto para aceite como para mesa, de ellas, 10.000 toneladas provienen de la región de Arica y Parinacota.
Ahora, la denominación de origen importa, ya que protegen productos originarios del país o de una región o localidad, siempre que tengan una calidad, reputación u otra característica imputable a su origen geográfico. En el caso de las denominaciones de origen, deben presentar además factores naturales y humanos que inciden en la caracterización del producto, como sucede en la industria señalada.
En esa zona también es posible el desarrollo de la actividad turística, puesto que el paisaje natural brindado por la hermosa geografía norteña permite a empresas hoteleras o dedicadas al turismo, invertir capitales en el emprendimiento. De ese modo, el acceso al hospedaje y el desarrollo de actividades son óptimos en el norte de Chile, y en definitiva, facilitan al viajero la visita a bellos lugares como San Pedro de Atacama, los Géisers del Tatio y diversas fuentes termales, destacando aquí la de Mamiña.
Junto a esa clase de actividades turísticas, se encuentran aquellas eminentemente culturales que permiten al visitante conocer un poco de la cultura ancestral chilena. Dentro de ellas se encuentran, por ejemplo, la visita a Pukarás (antiguas fortalezas indigenas) como Lasana y Quitor, o el viaje a tradicionales oficinas salitreras que dan cuenta de la prosperidad que se vivió en el país a fines del siglo XIX y comienzos del XX, todos lugares que son explotados con fines turísticos, desarrollados no solo con capitales nacionales sino que también extranjeros.
Con todo, si bien el norte de Chile se caracteriza por su vasto paisaje desértico, la actividad que más reporta ingresos es sin duda la actividad minera. Notable es la extracción de diversos materiales mineros, no obstante, la principal es la Gran Minería del cobre, en particular el denominado Blister refinado o electrolítico producido hasta alcanzar 75.000 toneladas métricas anuales, material que en conjunto al litio (más información sobre este mineral aquí) han consolidado al país como el mayor productor mundial llegando a constituir casi el 50% de la producción global.
También formando parte de la denominada zona norte del país, se encuentra el Norte Chico, lugar que se compone básicamente por la III y IV regiones del país. El clima de esta zona es característico por su semiaridez y vegetación muy variada y mesófita, que producto de su humedad y agradables temperaturas promedio, contribuyen al óptimo desarrollo de uno de los licores típicos de Chile, el Pisco. La producción de éste se desarrolla principalmente en los vastos valles del Norte Chico, principalmente el Valle del Elqui, asimismo, el impresionante sistema fluvial otorgado por estos valles transversales, antesala a la zona central (la más fértil del país), permiten el cultivo de notables verduras de exportación como las paltas y los tomates.
Sin perjuicio de lo anterior, tanto el Norte Grande como el Norte Chico de Chile, ofrecen aún más posibilidades de emprendimiento y desarrollo comercial, siendo una zona abierta a la inversión extranjera de capital pues zonas bellas e incluso algunas inexploradas, merecen salir a la luz mediante un desarrollo turístico, comercial o gastronómico.
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